¿Cómo es posible que no hacer nada sea un arte? ¿Y cómo se puede hacer nada cuando uno vive en una ciudad y tiene una vida ajetreada? Después de todo muchas ciudades son conocidas por poseer una fuerza única y potente que exige constante movimiento y empuja a las personas a hacer más, lograr más y ser más. Además, si no haces nada en tu vida, ¿cómo puedes tener sueños, lograr objetivos y hacer cosas de importancia?
En el artículo de hoy nos sumergimos en estas preguntas pero antes de hacerlo, respondamos una importante: ¿qué implica no hacer nada?
Contrario a lo que muchos pensarían, hacer nada en este contexto no se trata de motivarte a quedarte en tus pijamas todo el día, permanecer en la cama y negarse a participar en el mundo. Abordaremos este tema desde un punto de vista filosófico y un estilo de vida que nos permite permanecer plenamente presentes con el ahora y confiar en el ritmo de la vida y cómo las cosas se desenvuelven naturalmente.
Aunque sea difícil de creer, no hacer nada es de hecho una práctica y una muy antigua. Wu wei (pronunciado wu-uei) es una palabra china que ha sido traducida como “inacción”, “hacer nada”, o “sin resistencia.” La idea de wu wei ha aparecido en el Tao Te Ching, el cual se cree que fue escrito aproximadamente hace unos 2500 años y es considerado uno de los textos más sabios producidos en la historia de la humanidad; este trabajo universal fue escrito por Lao Tzu y es fundamental en la práctica del taoísmo.
En algunos extractos del Tao Te Ching, Tzu escribe:
Difícil y fácil se complementan uno al otro.
Largo y corto se contrastan uno al otro;
Alto y bajo descansan uno encima del otro;
Voz y sonido armonizan uno al otro;
Delante y detrás se siguen uno al otro
Por ende, el sabio no hace nada
Creando, mas no poseyendo,
Trabajando, mas no tomando crédito.
Si nada se hace, entonces todo estará bien
Wu wei no significa parar toda acción, sino, tomar acción estratégica y sin esfuerzo con una mente suave y alerta. Una acción estratégica requiere que hagamos algo en el buen momento y al buen ritmo, y a veces requiere que no hagamos nada del todo. Este delicado equilibrio entre la acción y la inacción también ha sido discutido en otro texto importante para el pensamiento vedántico: El Bhagavad Gita.
No hacer nada desde la perspectiva de wu wei es un estilo de vida que nos permite ir con la corriente y no contra ella. Nos motiva a estar en paz con lo que sea que estemos o no estemos haciendo, o lo que sea que esté sucediendo en el momento incluyendo los espacios de silencio en nuestras vidas, aquellos que con frecuencia tratamos de llenar con cosas, relaciones, experiencias o entretenimiento.
¿Te has dado cuenta que con frecuencia cuando tenemos tiempo libre en nuestros horarios ya ajetreados nos apresuramos a llenarlos con algún tipo de tarea? Tal vez sea responder un correo electrónico o sentarse enfrente de la televisión cambiando los canales, mirando nuestros teléfonos cuando esperamos en la fila del supermercado o cuando estamos en el transporte público, cuando nos apresuramos a tomar nuestros teléfonos cuando nos llega una notificación o cuando pasamos muchas horas en las redes sociales… Es como si le hemos declarado la guerra al tiempo libre.
Puede haber muchas razones por las cuales estamos tratando de constantemente llenar nuestro tiempo “vacío” con cosas, experiencias y entretenimiento. Como sociedad, es posible que miremos no hacer nada como sinónimo de pereza y como algo negativo porque tal vez no estamos contribuyendo al desarrollo y al crecimiento económico de la manera que otros esperarían que lo hiciéramos.
A un nivel personal, creo que cada vez que estamos en un contexto que nos provoca sentimientos de soledad y aislamiento, aun si estamos rodeados de muchas personas, nos sentimos incómodos y surge una necesidad de hacer desaparecer este sentimiento. Esto es comprensible ya que somos mayormente criaturas sociales y de una u otra forma queremos sentirnos y permanecer conectados a algo o a los demás y el progreso tecnológico que hemos hecho en los últimos años ha desempeñado un gran papel en llenar esta necesidad.
Los momentos en que nada “importante” o “emocionante” están tomando lugar en tu vida, ¿cómo te sientes? ¿Te sientes aburrido o aburrida? ¿Improductivo? ¿Culpable por no hacer nada? Y de ser así, ¿qué haces? ¿Buscas tu teléfono y surfeas el internet hasta que el sentimiento se vaya? ¿Enciendes la tele y cambias los canales hasta que encuentras algo para distraerte de tu estado actual de ánimo? ¿Buscas algo para comer? ¿Participas en más tareas para mantenerte ocupado aun si es tu tiempo libre? Reflexiona por un segundo sobre cómo reaccionas a ese sentimiento.
Ten en cuenta que no hay nada intrínsecamente malo en sentirte como te sientes y responder de una forma que te parece adecuada ya sea pasando tu tiempo libre leyendo un buen libro o mirando videos de gatos en línea. La distinción clave es saber si lo estás haciendo porque simplemente quieres inspirarte de un buen libro o reírte mientras miras gatitos increíblemente adorables, o porque tienes la necesidad de llenar ese tiempo con algo para que te sientas diferente de como te sientes en este preciso momento y hacer que la incomodidad desaparezca.
Se dice que el ganador del premio Nobel André Gide contrató a guías locales cuando viajaba por África en los años 1920. Una mañana cuando se alistaba para salir y continuar explorando, sus guías se sentaron en un círculo y se negaron a moverse. Cuando Gide les preguntó por qué no se movían, ellos respondieron, “No nos apresures. Estamos esperando que nuestras almas se pongan al día con nosotros.”
Esto encapsula la esencia de no hacer nada, un tiempo sagrado en el que podemos invitar a nuestras almas de regreso a nuestro centro para que podamos experimentar la totalidad de la vida. Hacer esto no significa ser perezoso y no te exige abandonar la vida que conoces, sino, que sueltes todo lo que no es esencial en el momento. Aunque parezca pasivo para muchos, de hecho puede implicar trabajo interior intenso ya que solamente en la tranquilidad mental es que podemos reconectarnos con nuestras almas y las partes más profundas de nuestro ser. No hacer nada puede convertirse en una oportunidad fabulosa para tomar conciencia de lo que es esencial, del viaje de nuestras almas y reconectarnos a nuestra esencia.
En cuanto a nuestras vidas diarias, cuando siempre estamos haciendo algo para llenar nuestro tiempo con más cosas que hacer, nuestros pensamientos pierden claridad y significado; así que hacer una pausa para disfrutar un momento en el que no hacemos nada promueve un estado positivo en el que podemos relajarnos y liberarnos de ciertas situaciones de la vida que puedan causarnos estrés. Por esta razón es que no hacer nada es de hecho un componente importante para nuestro bienestar.
La vida en la ciudad puede ser tan rápida, estresante y con tantas cosas que hacer que agregar más a esto es verdaderamente un acto de robo de nuestro valioso tiempo para explorar las profundidades de nuestro ser y lo que realmente significa vivir sin esfuerzo.
Como ya lo dije, practicar el buen arte de no hacer nada no se trata de dejar tus sueños atrás y renunciar a tu vida; se trata de usar los espacios vacíos que se nos presentan para dejar de identificarnos demasiado con el pasado, con los eventos del futuro o las circunstancias de nuestras vidas, todo lo que puede alejarnos de la paz y la presencia que siempre está cerca de nosotros. Es un llamado para crear un espacio temporal en el que no se nos exige lograr nada, donde no se nos pide ser alguien ‘especial’, sino simplemente ser. Lo único que necesitamos hacer es ir con la corriente del momento, como alguien flotando por un río. ¡Lo que podemos descubrir en estos momentos!
¿Ya te preguntaste cómo puedes practicar el arte de no hacer nada? Es una pregunta un poco chistosa y paradójica ¿verdad? Después de todo, ¿no hacemos nada al hacer nada? Uno así lo pensaría… Pero la tecnología nos ha alejado del acto de vivir de primera mano y nos hemos convertido en personas tan reactivas y acostumbradas a siempre hacer algo que nos hemos desconectado de nuestra propia naturaleza y de la corriente, y como resultado, no sabemos cómo encontrar el botón de apagar. Si alguna vez has hecho posturas de yoga antes y has tenido problemas para quedarte inmóvil física y mentalmente en la última postura, entonces sabes de lo que estoy hablando. No es sorprendente que los yoguis dicen que savasana es la postura más fácil a hacer pero la más difícil a dominar perfectamente.
Echa un vistazo a estas 5 sugerencias para empezar a practicar el arte de no hacer nada aun cuando tienes una vida ajetreada. No necesitas hacerlas todas de un tirón. Tómate tu tiempo para explorarlas cuando se sienta adecuado para ti.
Sin importar dónde estemos o cuán ocupados estemos, siempre podemos regresar a nuestro centro al permitir que estos espacios vacíos y de silencio se abran en nuestras vidas en vez de resistir y luchar contra ellos. Trata de no hacer nada y dale a tu alma una oportunidad para ponerse al día contigo.
Que estés bien,
Ruth www.naturallyradiantlife.com