“Todo está cambiando continuamente. En cuanto pensamos que estamos a salvo, algo inesperado sucede.” (Buddha)
El cambio es aterrador. Para la mayoría el cambio produce miedo ya que nos preocupamos sobre cómo saldrán las cosas, si podremos lidiar con el cambio y cómo afectará nuestra calidad de vida. Buddha tiene razón. Cuando realmente examinamos nuestras vidas, observaremos que aunque algunas cosas parecen haber permanecido como antes, la gran parte de la vida se caracteriza por el cambio.
¿Cómo podemos superar el miedo al cambio?
Según mi experiencia trabajando con cientos de clientes para ayudarles a encontrar paz en sus vidas diarias (y con muchos de ello sufriendo de miedo al cambio) y a través de mi propia indagación, me gustaría compartir tres consejos principales abajo.
Este consejo tiene dos capas. Por un lado, es vital ser consistente en la forma en que abordas tu práctica desde una perspectiva viable. Por otro lado, es de igual importancia ser consistente en lo que estás tratando de buscar internamente a través de tu práctica de meditación.
La consistencia genera confianza. Al tener una rutina donde meditas a una hora fija cada día (aun si es sólo por cinco minutos), sabes que siempre habrá un punto durante el día donde puedes ir a la seguridad y el confort de tu práctica de meditación. En mi experiencia la mañana funciona mejor ya que te da un enfoque y un punto de anclaje para el resto del día.
Además de esto, es vital entrar en un espacio donde puedas totalmente lidiar con el cambio consistentemente en tu práctica diaria de meditación. Hay dos espacios claves en una práctica de meditación. Uno está conectado al concepto humano del tiempo donde buscamos mejorar, procesar y visualizar cosas, mientras que el otro espacio está fuera del tiempo y es inmutable (lo llamo “la zona cero”).
El cambio ocurre solamente en el transcurso del tiempo. Como consecuencia, el miedo al cambio es un fenómeno basado en el tiempo el cual simplemente no puede penetrar el poder y la gracia de la “zona cero” sin importar cuán difícil la vida parezca ser en el exterior. El secreto, por lo tanto, es meditar consistentemente con la intención de entrar en esta “zona cero.” Este espacio es una paradoja en acción- es inmutable mas está en todo lo que cambia. La vida no lo afecta mas está en el corazón de la vida también.
La mente no puede comprenderlo lo cual me lleva al consejo número 2.
El miedo al cambio proviene del hecho que nuestra mente tiene miedo de perder control sobre los conceptos y las variables que tiene sobre lo que define ser “nuestra vida.” No se trata de cambiar o controlar la mente. En cambio, es la voluntad de dejar que la mente sea lo que es y fijar una intención de reconocer que no sabemos cuando el cambio surgirá en nuestras vidas.
Generalmente juzgamos tan rápidamente cualquier cambio que surge en nuestras vidas. Y aún así, con frecuencia no sabemos si un cambio será para lo mejor o lo peor, o si es el buen momento para cambiar o no. De hecho, el cambio puede ser muy emocionante y refrescante cuando simplemente aceptas que no sabes.
Para implementar esto prácticamente puedes repetir el mantra “no lo sé” cuando surjan pensamientos aterradores durante un periodo de cambio. Tal vez se sienta extraño al inicio, pero esta frase simple puede ayudarte a anclar en una vibración que está estrechamente alineada con el poder de la “zona cero.” También te puedes anclar en el poder de la “zona cero” a través de mi sugerencia final.
Con frecuencia tomamos la vida muy en serio. No obstante, a través de la implementación continua de los dos primeros consejos entramos en contacto con algo que podría cambiar para siempre nuestra visión de la vida a la vez que exploramos la “zona cero” dentro de la dualidad e imperfección de la vida. La vida se convierte en algo menos serio y más como un experimento.
Para ayudarnos a entrar en la gracia y el ritmo de este estado más rápidamente, también podemos revertir este descubrimiento a través del consejo número tres.
El proceso es simple. Cuando te despiertes, simplemente fija una intención de experimentar con las cosas en tu vida, haciendo cosas normales de forma diferente sin tener apego a ningún resultado. Cambia lo que comes, inicia una conversación con un desconocido o haz algo que consideras riesgoso o diferente de lo habitual (Siempre y cuando no cause ningún daño por supuesto).
La mente se opondrá a esta idea. Con el tiempo, sin embargo, realmente te llevará a tomar una posición interior que está alineada con no tener miedo cuando el cambio eventualmente llegue a tu puerta.
“Te acercarás más y más a la perfección, pero nunca serás perfecto. La perfección no es la manera de existir. El crecimiento es la manera.” (Osho)
Si implementas estos tres consejos consistentemente, no hay duda que algo muy hermoso y profundo pasará en la manera en que abordas el cambio en tu vida. Sin embargo, nunca será perfección. En cambio, será una manera diferente de abordar la imperfección innata y el caos del cambio que le da a la vida su sabor único.
Me gustaría saber lo que piensas sobre estos tres consejos que he compartido y cualquier progreso que hayas hecho gracias a su implementación.
Con amor,
Jack
Jack Childs
Profesor de meditación
www.jackchilds.org
Traductora: Ruth Obando