Comparte tus emociones

Uno de los recursos más importantes que ayudan a construir relaciones de pareja saludables es la habilidad de expresar nuestros sentimientos. Nos resulta más fácil expresar y compartir nuestros sentimientos con libertad y honestidad cuando logramos identificar nuestro propio estado emocional.
kelly-sikkema-eikjqhVnErY-unsplash

Uno de los recursos más importantes que ayudan a construir relaciones de pareja saludables es la habilidad de expresar nuestros sentimientos.

A veces, cuando pensamos en expresar nuestras emociones, nos concentramos en sentimientos negativos como la ira, la decepción, la tristeza o los celos. Por lo general, nuestra tendencia a pensar de esta manera está influenciada por nuestras historias personales o experiencias vividas. A veces sentimos la necesidad de reprimir emociones como la ira, por ejemplo, para proteger nuestra relación y evitar que la negatividad eche raíces en nuestro romance. Incluso nos culpamos por esos sentimientos. Sin embargo, cuando recordamos que todos los sentimientos son importantes y que nos brindan información valiosa acerca de cómo comenzar a satisfacer nuestras propias necesidades, podemos enfrentar estas emociones desafiantes de manera más objetiva.

Comparte tus emociones

Este proceso de identificación de patrones emocionales específicos se basa en la manera en la que definimos nuestro mundo interior. La forma en que describimos ciertos sentimientos determina cómo podemos responder a ellos. Si, por ejemplo, asociamos nuestro sentimiento de tristeza con la debilidad, intentaremos reprimir o ignorar esa emoción. Por otro lado, si cambiamos este lenguaje en torno a nuestras emociones más desafiantes, considerándolas simplemente como información importante, es menos probable que ignoremos su impacto y existan más probabilidades de poner en práctica habilidades de afrontamiento saludables.

Solemos experimentar sentimientos más intensamente en nuestras relaciones de pareja que en cualquier otro tipo de relación interpersonal. Por lo tanto, la relación entre nuestros sentimientos y lo que elegimos hacer con ellos tiene un impacto directo en nuestra relación romántica. Nos resulta más fácil expresar y compartir nuestros sentimientos con libertad y honestidad cuando logramos identificar nuestro propio estado emocional. 

Ponerle nombre a nuestros sentimientos y aceptarlos

Si queremos lograr un espacio para entender nuestro estado emocional, primero debemos ponerle nombre a nuestros sentimientos. Podemos hacernos preguntas como: ¿Qué tipo de sentimientos en mi mundo interior son los detonadores de esta experiencia que estoy teniendo con mi pareja? ¿Estoy ansioso? ¿Triste? ¿Enojado? ¿Resentido? ¿Decepcionado? ¿Cómo respondo cuando surgen estos sentimientos? Nuestro mundo interior alberga una red de sistemas emocionales que nos permiten sentir un amplio espectro de emociones. Si fortalecemos nuestra relación con esas emociones e identificamos qué detonantes las activan, podremos comenzar a expresar más claramente cuáles son nuestras necesidades, no sólo para beneficio propio, sino también para la salud de nuestra relación de pareja.

Elegir no huir de las emociones incómodas es un paso importante en el proceso de identificar y aceptar nuestros sentimientos tal como son. Aceptar abiertamente estas emociones puede resultar difícil, pero hacerlo nos brinda la oportunidad de tomarnos un minuto para escuchar los mensajes que nuestro cuerpo y nuestro mundo interior están tratando de comunicarnos.

Un cuerpo más calmado

Un cuerpo más calmado

El estrés puede interrumpir procesos saludables del pensamiento, así como la capacidad de estar presentes con nosotros mismos y con nuestra pareja. Tratar de no apresurar la comunicación, ni sacar conclusiones precipitadas, puede ayudarnos a restablecer y abordar un conflicto a través del verdadero interés y de la comprensión.

Hacer espacio y encontrar un lugar tranquilo antes de tener una conversación difícil o expresar alguna necesidad durante una situación desafiante, puede ayudar a prevenir la falta de comunicación en la pareja. Es más probable que hablemos desde la comprensión, la curiosidad y la empatía si nos sentimos físicamente tranquilos y seguros. De igual forma, cuando tenemos esa sensación de tranquilidad, es menos probable que caigamos en patrones de reacciones inadecuados si tratamos de escuchar y comprender a nuestra pareja a medida que comenzamos a abrir los canales de una verdadera comunicación conectiva.

Patrones de comportamiento en nuestras relaciones

Patrones de comportamiento en nuestras relaciones

Nuestras creencias acerca de las relaciones sentimentales afectan lo que compartimos con nuestra pareja y la forma en que lo hacemos.  Para poder comprender lo que está sucediendo en nuestro mundo interior, necesitamos saber que nuestra relación de pareja también nos cobijará en tiempos difíciles. En una relación sana, lo ideal es poder decir, entre otras cosas: “Podemos superar esto juntos, incluso si es un desafío para ambos”, o “Nos comprendemos”, o “Mi pareja está interesada en lo que estoy tratando de explicarle y me siento escuchado”, o “Incluso cuando experimentamos algún conflicto, evitamos herir los sentimientos del otro”. Declaraciones como estas son indicaciones de que nos sentimos seguros en nuestra relación, que estamos trabajando juntos hacia una solución compartida y no luchando contra un adversario.

Si, por el contrario, nos encontramos diciendo cosas como: “Nunca me entenderá”, o “No le importa cómo me siento”, o “Siempre se queja de mí”, está claro que no nos sentimos considerados ni escuchados en nuestra relación. La forma en que podemos abordar este sentimiento varía. Algunos podemos optar por volcarnos hacia el interior, permanecer en silencio y permitir que crezcan el resentimiento y la frustración, en un intento de encontrar seguridad en los muros que levantamos a nuestro alrededor. Otros, quizás nos esforzamos aún más por que nuestras voces se escuchen, haciendo grandes gestos o hablando más rápido y más alto. Por supuesto, las reacciones varían de persona a persona. Algunos pueden apagarse y paralizarse, mientras que otros pueden activar el modo de “lucha o huida”.

Para comprender más profundamente nuestros detonadores emocionales en una relación de pareja, podemos hacernos preguntas como estas: ¿En qué momento me convencí de que nunca sería comprendido? ¿Por qué tengo miedo de que me lastimen? ¿Qué comportamientos específicos hacen que me cierre y que excluya a los demás? ¿Qué situaciones me ponen altanero e irritable? ¿Qué papel desempeño en la creación de este conflicto? ¿Qué tipo de persona vería si me observara desde la perspectiva de mi pareja? Al realizar este trabajo interno, podemos comenzar a identificar los patrones de comportamiento que no nos sirven ni a nosotros, ni a nuestra relación de pareja y trabajar para generar los cambios que fueran necesarios para una relación saludable.

Compartir  la alegría

Compartir  la alegría

Ahora sabemos que compartir sentimientos engorrosos nutre la confianza en nuestra relación de pareja  y evita que las decepciones se interpongan en el camino de la buena comunicación. Si bien compartir este tipo de emociones es muy importante para una conexión saludable y continua, celebrar y centrarse en la alegría es igualmente esencial. De hecho, a menudo tanto los sentimientos agradables como los desagradables están estrechamente relacionados.  Nos sentimos más seguros, más felices y más fuertes cuando podemos estar presentes disfrutando de esos aspectos de la relación que nos unen más. Escribir afirmaciones entre nosotros, o expresar lo que apreciamos el uno del otro dentro de la relación de pareja, puede ayudarnos a permanecer juntos en el momento presente, permitiéndonos abordar mejor los posibles conflictos o situaciones desafiantes del futuro.

Traductora : Patricia Jiménez

Leave a Reply