No puedo meditar.
No es para mí.
No está funcionando.
No tengo tiempo.
Es que no puedo concentrarme.
¿Te suena conocido?
Vivimos en una época en que la meditación y sus beneficios se destacan más y más en el occidente gracias a las investigaciones científicas para estudiar el efecto que la meditación tiene en el cerebro. Muchos de estos estudios han llegado a conclusiones similares: la meditación cambia el cerebro en las áreas asociadas con la memoria, la concentración y el aprendizaje. También se conoce por disminuir los síntomas de ansiedad y depresión y nos ayuda a regular nuestras emociones, especialmente las “negativas”, dándonos así una oportunidad para responder ante ellas y sentirnos menos afectados. Como resultado, todo esto conlleva a estados mejorados de bienestar.
A pesar de escuchar sobre los beneficios de la meditación una y otra vez, muchos todavía se alejan de la práctica debido a diferentes razones. Personalmente conozco a muchos amigos y amigas que dicen estar física y emocionalmente cansados de vivir sus vidas como si estuvieran en una montaña rusa, un día vuelan alto hacia el cielo y en el próximo se desploman rápidamente. Encontrar paz es una verdadera lucha, pero cuando sugiero la meditación, una de las respuestas típicas que mencioné al inicio se presenta.
Ya que también medito frecuentemente y lo he hecho por mucho tiempo, conozco de primera mano que tratar de establecer una práctica consistente de meditación no es fácil y todos nos enfrentamos a muchos obstáculos en el camino que pueden entorpecer nuestros esfuerzos o hasta descarrilarnos y ni siquiera empezar. Si eres nuevo a la meditación o si estás considerando empezar, ten cuidado con estos 5 obstáculos más comunes.
1. Pensar que es una pérdida de tiempo
“Si no tienes tiempo para meditar por una hora cada día, deberías meditar por dos.”
– Proverbio Zen
Aunque meditar por dos horas no sea realista para ti, 10 minutos lo es…
Decirte que no tienes tiempo para meditar es una de las justificaciones más ingeniosas que la mente usa para impedir que empieces. El hecho es que muchos de nosotros tenemos vida ajetreadas en este mundo, especialmente si vivimos en una ciudad, si tenemos trabajos y una familia. Todos tenemos cuentas a pagar, ir al trabajo, ir a reuniones de la oficina o de la escuela, ir de compras, lavar los platos, limpiar la casa y cuidar de nuestras familias.
En medio de un horario caótico pareciera que tomar tiempo libre para meditar es irresponsable y poco realista, o al menos esto es lo que la mente nos dice. Sin embargo, 10 minutos de silencio pueden darnos espacio para recargar nuestras baterías, para poner la mente y las emociones en pausa, para detener el zumbido de nuestras preocupaciones, dudas, miedos, el parloteo diario e insignificante de la mente y hasta las voces de los demás. 10 minutos para disfrutar la quietud del silencio no es ser irresponsable y nuestras vidas no se derrumbarán a causa de ello.
Si piensas que no puedes encontrar 10 minutos para ti, entonces créalos. Conoces tus propios patrones, entonces puedes crear esta pausa donde ocurra naturalmente en tu vida. Si eres una persona mañanera, podrías despertarte un poco más temprano de lo usual y elegir un rincón acogedor de tu cuarto o tomar asiento en la cama y fijar tu alarma por 10 minutos. Si no eres una persona mañanera, podrías tomar este tiempo de silencio en la oficina durante la pausa del almuerzo o en la noche cuando llegues a casa. Si tienes familia, podrías tomar este tiempo cuando tus hijos se vayan a la escuela en la mañana ¡o hasta podrías motivar a toda tu familia a meditar contigo! Si sientes que estás extremadamente ocupado u ocupada, entonces tal vez tendrás que cambiar ciertos hábitos para darle espacio a tus 10 minutos de meditación, esto podría ser no mirar las noticias de la noche o un programa de televisión que estás acostumbrado a ver.
Lo principal es escoger una hora regular cada día, preferiblemente en el mismo lugar por el mismo lapso de tiempo y comprometerte a sentarte en silencio y quietud o con la ayuda de una aplicación de meditación. Esta etapa no importa si no pudiste enfocarte para nada y más bien tu mente dio círculos por todos lados. Al inicio el paso más importante es crear tiempo y convertirlo en un hábito, con el tiempo el resto vendrá.
2. Pensar que es una pérdida de tiempo
Otro truco de la mente es convencerte que estás perdiendo tu tiempo. Aunque sea cierto que tengas muchas cosas que hacer, es igualmente cierto que tomar tiempo para despejar tu mente no es una pérdida de tiempo. De hecho, la meditación es bastante eficaz para mejorar tu memoria y tus habilidades para planear y resolver problemas.
Lo que algunas personas consideran una pérdida de tiempo al meditar es de hecho la incapacidad de permanecer inmóvil por tan sólo 10 minutos. Esta es una de las partes más difíciles cuando empiezas a meditar y nos pasa a todos, y no sólo al inicio. He tenido innumerables sesiones de meditación en las que me senté a “meditar”, 20 minutos pasaron y lo único que hice fue entretener mi mente de mono: “Necesitas hacer esto, no has hecho aquello, ¿que comeré para el almuerzo? Dios, todavía no he pagado la factura de electricidad, ¿cuándo se terminará esta meditación?” Todo esto es completamente normal especialmente si no tienes la costumbre de permanecer en silencio.
Al inicio tu diálogo interno se pondrá aún más turbulento y aquí es donde muchas personas se dan por vencidas y dicen que pierden su tiempo con la meditación. Si estás en esta etapa, no te des por vencido ahora, esto es simplemente resistencia de la mente, así como un niño que crea un escándalo cuando no quiere hacer algo. La mente quiere huir de este tiempo silencioso porque después de todo su especialidad es hablar y pensar sin parar. Al permanecer con la experiencia, tu diálogo interno empezará a calmarse y eventualmente la quietud interior se transformará en algo profundo, y no solamente para cuando te sientes a meditar sino que también para todo lo que hagas en la vida. El mejor método en esta situación es ser paciente y amable contigo, persevera sin importar lo que pase y empieza con pasos pequeños. 5 a 10 minutos de paz mental sin interrupciones será más beneficioso que luchar por 20 minutos al “tratar” de meditar.
De la misma manera en que no irías al gimnasio y hacer rutinas intensas de ejercicios sin calentarte primero, si eres nuevo a la meditación tal vez no quieras empezar por una hora sólida sólo para convencerte que la meditación no funciona para ti o que simplemente estás perdiendo tu tiempo y que tienes mejores cosas que hacer. 5-10 minutos es tu calentamiento, y eventualmente, si así lo miras necesario, puedes incrementar el tiempo de meditación. Etapa por etapa, da pasos pequeños y empieza ahí.
Y recuerda: darte tiempo para ti, para echar un vistazo en tu interior y darle un descanso a la mente nerviosa no es una pérdida de tu valioso tiempo. Es un servicio para ti, para tu salud mental, para tu alma y hasta para el bienestar de aquellos a tu alrededor.
3. No saber por dónde comenzar…
Es justo.
Puede ser confuso saber por dónde comenzar a meditar ya que existen tantas técnicas de meditación. Después de todo podemos meditar con las piernas cruzadas, acostados, caminando ¡y hasta cuando lavamos los platos! Es posible que tengas que probar diferentes técnicas para averiguar cuál se ajusta a tus necesidades según tu contexto. Es posible que también veas que ciertas formas de meditación te llamarán más la atención en diferentes etapas de tu vida.
Aunque no soy la más grande aficionada de la tecnología, debo admitir que ha hecho que la meditación sea más accesible a casi todos y todas en cualquier parte de la tierra. Antes, muchos tenían que viajar lejos para aprender a despejar sus mentes, pero ahora tenemos la conveniencia de hacerlo en cualquier parte a cualquier hora con la ayuda de nuestros dispositivos.
Si tienes un teléfono inteligente y conexión a internet, entonces puedes descargar aplicaciones de meditación que te enseñarán técnicas que muchas de nuestras tradiciones antiguas más preciadas han tratado de enseñarnos. Si necesitas algún tipo de orientación para tu práctica de meditación, te recomiendo Meditopia. Tienen una increíble selección de música y meditaciones guiadas, todo organizado de manera que principiantes y expertos pueden seguir fácilmente.
4. Rechazar la práctica debido a creencias populares o religiosas
Sorprendentemente muchas personas evitan la meditación porque ha sido empaquetada en la categoría de “nueva era”, y otras personas tienen miedo que interferirá con sus creencias religiosas.
Pues bien, la práctica de la meditación no es ni nueva ni es una religión. Primero que todo, la meditación ha existido por mucho tiempo y ha sido discutida en muchos de los textos espirituales más antiguos conocidos por la humanidad tales como Los Vedas, los cuales se remontan a los años 1500 A.C. Y segundo, la meditación no interferirá con ninguna de tus prácticas y creencias religiosas ya que no es una práctica de llamar a Dios o cualquier deidad; es un espacio que le dedicamos a nuestra mente para entrenarla a permanecer inmóvil, objetiva y apacible. En todo caso, la meditación hará que tu conexión con lo que sea en qué crees sea más fuerte, te hará sentir más apacible, más compasivo y más amoroso hacia todo lo que vive, lo que en esencia es el mensaje principal de todas las tradiciones religiosas del mundo.
5. Creer que es una píldora mágica instantánea
Es importante comprender que la meditación no es una píldora mágica que te lleva hacia un lugar mágico donde todos tus problemas y tribulaciones se irán al olvido o serán resueltos de la noche a la mañana. Después de haber terminado tu práctica de meditación, todavía tienes que levantarte y navegar el mundo, todavía tienes que lidiar con tus colegas o tu jefe “difícil”, todavía tienes que ir al trabajo, pagar tus cuentas, lavar los platos y participar en cada aspecto de tu vida personal, profesional y social.
La meditación no hará que tus responsabilidades desaparezcan, más bien te ayudará a que las afrontes con más cuidado, atención y reverencia. Tu jefe malhumorado ya no será una persona fastidiosa, sino un ser humano como tú que simplemente está teniendo un mal día o que tiene problemas difíciles en su vida; lavar los platos ya no será esa actividad forzosa que nadie quiere hacer después de comer y más bien se convertirá en una oportunidad para permanecer en el momento y disfrutar de tu propia presencia; el trabajo que tal vez no te gusta ya no será una tortura insoportable sino una fuente temporal de dinero que te permite tener un techo sobre tu cabeza y comida en tu mesa. No, la meditación no es una píldora mágica pero sí nos permite ver y experimentar la magia de la vida en las buenas y las malas.
Si queremos tener vidas felices y en paz debemos hacer el trabajo necesario para permitir que eso suceda y la meditación es una excelente herramienta para ayudarnos a hacer precisamente eso.
Si tuvieras que acordarte de tan sólo una cosa de todo lo que hablamos hoy es ser paciente, compasivo, consistente y sobre todo, ¡empieza ahora! Así como Rabindranath Tagore lo dijo, “No puedes cruzar el mar al simplemente mirar el agua.” Así que adelante y emprende el viaje más grandioso de tu vida y no dudes en acercarte a aquellos que tienen más experiencia, únete a un grupo de meditación o prueba una aplicación de meditación tal como la de Meditopia.
¿Cuáles son algunos de los obstáculos que has enfrentado al tratar de meditar? ¿Son similares a los que mencionamos en este artículo? ¡Dinos en los comentarios!