6 estrategias para sobrevivir un espacio de trabajo tóxico

Un espacio de trabajo tóxico puede motivarte a renunciar, pero ¿y si no puedes? Aquí te hablamos de 6 estrategias para ayudarte a lidiar con tu espacio laboral de cada día.
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Traductora: Ruth Obando

No es un secreto que vivimos en un mundo sumamente competitivo. Esta cultura competitiva afecta casi cada aspecto de nuestras vidas, desde nuestro viaje matutino al trabajo hasta nuestros sistemas de educación, y hasta nuestras vidas románticas. Pero un área que se ve afectada más que otras es nuestras vidas laborales y nuestros espacios de trabajo. La cultura laboral competitiva y enfocada en la producción en la cual operamos ha convertido algunos de nuestros espacios de trabajo en ambientes rígidos y exasperantes que pueden ser difíciles de navegar. A veces todo se pone tan mal que hasta sentimos como si nos estuviéramos sofocando. Este tipo de espacio laboral se siente tan estresante que afecta nuestras vidas diarias y nuestro bienestar. En estos casos, este tipo de ambiente no solamente es estresante — sino que es tóxico también. Por eso es importante aprender a sobrevivirlo, navegarlo y saber cuando salirse de el.

¿Qué es un espacio laboral tóxico?

Empecemos definiendo lo que es un espacio laboral tóxico. Un espacio laboral tóxico es un ambiente donde el drama y la disfuncionalidad reinan. Ya sea debido a un jefe compulsivo, colegas vengativos, chisme o niveles enloquecedores de desorganización, un espacio de trabajo tóxico puede ser duro de sobrevivir. Hay presión constante para lograr y trabajar más, ya sea desde el comando más alto hacia abajo o a través de la presión de los colegas. Esto puede sobrecargar a los empleados y empleadas y desmotivarlos, aún si les gusta lo que hacen y si lo hacen bien. Este tipo de ambiente mata la productividad y la creatividad. Nos estresa tanto que terminamos deseando no ir al trabajo por las mañanas, y después al final del día nos hace traer ese estrés de vuelta a casa con nosotros.

Cuando estamos en este tipo de ambiente, lo mejor que podemos hacer para nuestro bienestar es salirse de el. Sin embargo, a veces esto no es ni siquiera una posibilidad. Ya sea porque nuestra posición actual puede beneficiar nuestros planes de carrera, porque promete un buen futuro laboral o por cuestiones de dinero, a veces sentimos que estamos laboralmente estancados donde estamos. Por el momento, es posible que tengamos que quedarnos en el trabajo, pero esto no significa que tenemos que sentirnos miserables. Con frecuencia, cualquier infelicidad que estemos sintiendo es causada tanto por nuestra reacción a la situación así como la situación en sí misma. Tal vez estemos atrapados en un ambiente tóxico, pero nosotros podemos escoger cómo reaccionamos ante el. Podemos escoger cambiar nuestra perspectiva, encontrar aspectos positivos de la experiencia y no dejar que el ambiente en el que estamos nos haga sentir mal.

Pregúntate: ¿por qué estoy aquí?

El primer paso es hacerte algunas preguntas. Para bien o para mal, actualmente estás en la ocupación que escogiste. Desafortunadamente también estás atrapado en un espacio laboral tóxico. Dado que el ambiente en el que estás te está afectando y posiblemente tu trabajo también, ahora sería un buen momento para preguntarte cuál es tu motivación: ¿te gusta lo que haces a pesar de que estés lejos de las condiciones laborales ideales? ¿Qué te motiva a hacer el trabajo que haces? ¿Qué es lo que te hace infeliz en tu trabajo? ¿Hay algo que puedas hacer para mejorar la situación en la que estás? De no ser así, ¿puedes cambiarte a un nuevo lugar? Si por el momento no puedes cambiar de lugar, ¿qué puedes hacer para cambiar tu perspectiva sobre la situación? ¿Qué puedes aprender a aceptar por el momento para que puedas mejorar tus días a largo plazo?

Crea un espacio seguro

En un ambiente tóxico, muchas veces se puede sentir como si estuvieras rodeado de negatividad. Por eso es importante tener un espacio seguro donde puedas buscar confort y soledad por unos cuantos momentos. Un lugar así te puede ser útil cuando necesites un ambiente reconfortante y cuando estés reflexionando sobre algunas preguntas sobre tu ocupación, tu propósito en la vida y tu espacio laboral. Tratar de tomar decisiones importantes para el futuro tales como si quieres permanecer en tu ocupación actual o si puedes o no hacer algo sobre la situación en la que estás puede ser aterrador; además, también está la incertidumbre del futuro. Pero no podemos permitirnos entrar en pánico y salir fuera de control. A veces simplemente necesitamos despejarnos la mente, pensar tranquilamente y con todo nuestro corazón. Un espacio seguro puede ser el lugar perfecto para hacer esto, especialmente en los momentos cuando nos sentimos abrumados o como si estuviéramos a punto de caer en un precipicio.

Si tienes un escritorio, un cubículo o una oficina, puedes decorarla con objetos personales que te hacen sentirte seguro o amado. Rodearte de fotografías, dibujos o adornos — como el dibujo de tus hijos o tarjetas de tus seres queridos — pueden ayudarte a recordar que tu vida laboral no es toda tu vida. Estos objetos también te recordarán de todas las cosas positivas que tienes en la vida a pesar de estar atrapado en el momento presente. Entonces así pueden convertirse en algo que te ayudan a sentirte enraizado durante el día, especialmente cuando pareciera que el trabajo fuera tan acaparador.

Si no tienes un espacio que puedes personalizar, todavía puedes buscar un espacio seguro donde puedes estar a solas con tus pensamientos durante el día. Tal vez una cafetería cerca del trabajo para almorzar, ir por una caminata alrededor del edificio, o el techo del edificio donde estás… Encontrar un espacio lejos del ambiente negativo te ayudará a cultivar un estado mental más positivo.

Haz una pausa

Es increíblemente importante que hagas una pausa cuando sientas que la toxicidad del trabajo laboral te está afectando. Cuando el estrés a causa del trabajo sea demasiado, cuando tus colegas vengativos te molesten, cuando tu jefe esté de mal humor — lo que sea que fuera la causa de tu ansiedad, reclínate en la silla y toma una respiración profunda. Haz ejercicios de respiración o medita por un par de minutos. Acuérdate que esto pasará y que no estarás aquí para siempre. Acuérdate de todas las buenas cosas en tu vida y haz una lista de las cosas por las cuales sientes gratitud. Ponle atención a tu corazón y a la respiración, observa tus pensamientos y trata de ver cuando algunos patrones negativos surjan. Acuérdate de que no eres estos pensamientos ni el ambiente en el cual estás. Tú eres tú, valioso y completo, y nadie puede quitarte eso.

Enfócate en lo positivo en el trabajo

La forma en que percibimos el mundo a nuestro alrededor es una elección consciente. Podemos elegir enfocarnos en lo negativo a nuestro alrededor, lo cual es extremadamente fácil en un ambiente tóxico, o podemos elegir enfocarnos en lo positivo. Acuérdate de tomar conciencia de lo positivo. No dejes que esos momentos te pasen por alto. De ser así, podrías perder la oportunidad de hacer amigos con alguien que está experimentando lo mismo que tú y que podría comprenderte y apoyarte. Hasta podrías pasar por alto algo tan simple como cuán bello es el atardecer esa noche. Disfruta de lo que puedas, cuando puedas, aquí mismo, en el momento.

Desahógate pero no lleves contigo tu drama laboral

No deberías llevar contigo el drama laboral, ni tampoco deberías reprimir tus frustraciones. Encontrar a alguien con quien puedas hablar y desahogarte, como tu pareja, un amigo o amiga o hasta tu madre o tu padre puede ayudarte enormemente. Tener un diario y escribir sobre tus agravamientos en una página también puede ser muy terapéutico. Sólo asegúrate de no llevar contigo tus problemas una vez que los hayas sacado de tu sistema. Despéjate la mente pero no dejes que lo que esté sucediendo en el trabajo empañe el resto de tu vida.

Rodéate de colegas que piensen como tú

Es posible que no seas la única persona en el trabajo que se sienta molesta o frustrada. Busca a personas que piensen como tú y con quienes puedas compartir estas experiencias. Apóyense cuando lo necesiten, pero asegúrense de no involucrarse en chisme de la oficina porque podría sentirse como si te estuvieras vengando a causa del dolor que se te ha causado y solamente empeorará tus frustraciones en vez de aliviarlas. Chismear podría hacerte sentir más nervios de los que habías experimentado al inicio; además, lo que digas en la oficina podría llegarle a las personas equivocadas.

Ten un plan para el futuro

Aunque ahora mismo estés atrapado en un espacio de trabajo tóxico, es importante recordar que las cosas no siempre serán así. Tal vez por muchas razones, como temas financieros, ahora mismo no puedas renunciar, pero esto no significa que no puedas tener un plan para un futuro mejor. Acuérdate de que cuando te preguntaste “¿por qué elegí hacer el trabajo que hago?” y “¿por qué estoy en esta ocupación?” estabas cuestionando tus motivos, o sea, estabas hablando de lo que te motiva a hacer el trabajo que haces. ¿Qué te motiva? ¿Qué te apasiona más de tu trabajo? ¿Qué te trae alegría cuando estás trabajando? Reflexionar sobre estas preguntas te ayudará a darte cuenta sobre la pasión que alimenta tu trabajo.

Una vez que hagas esto, puedes empezar a planear donde quieres estar en 1 año, 5 años o inclusive 10 años. Tal vez ahora mismo estés atrapado en un ambiente tóxico, pero acuérdate que no es permanente, y que te permite caminar el camino que quieres caminar. No podemos planear cada paso de nuestras vidas, pero lo que podemos hacer es aceptar los altibajos y confiar en la vida. Podemos tomar todo lo que es beneficioso de la situación en la que estamos, acumular las experiencias que necesitamos para vivir la vida profesional que queremos y reconocer cuando es hora de cambiar.

Mientras tanto, podemos mirar a nuestro alrededor para encontrar las cosas que podemos aceptar. Podemos ser conscientes de nuestras emociones y nuestras necesidades y aprender a saber cuando necesitamos tomar acción — ya sea que esto fuera confrontar una situación laboral desagradable o prepararse para cambiar de lugar. Lo curioso de la vida es que pone delante de nosotros las oportunidades más inesperadas sin darnos cuenta. Al tomar más conciencia de nuestras emociones y tomar acción, podemos tomar nota de estas oportunidades y sacarles provecho. Tal vez no sea tan fácil como suena, de hecho puede ser aterrorizador, pero nunca sabes lo que te espera en la próxima esquina. Si aprendemos a aceptar este simple hecho, podemos aprender a progresar en nuestras vidas personales y profesionales sin enredarnos a causa del ambiente negativo en el que estamos.

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