Si eres como yo, probablemente te ríes de la idea que la meditación puede cambiar la perspectiva de una persona. También es probable que en algún momento te hayas dicho “tantas personas están haciendo esto”. De ser así entonces probablemente fuiste testigo de como la meditación cambió sus vidas. Por supuesto que es probable que todavía hayan personas que piensen que esto es ridículo. Estas personas tienden a decir “no creo en nada hasta que lo vea con mis propios ojos.” ¿Y que tal si pudieras ver físicamente el cambio que la meditación causa? Hoy esto es una posibilidad genuina porque hace un rato una científica de Harvard documentó el cambio físico que la meditación causa en el cerebro humano.
Sarah Lazer es una neurocientífica que trabaja en el Hospital General de Massachusetts y en el Instituto Médico de Harvard. A Lazar le interesó la meditación cuando empezó a entrenarse para el maratón de Boston. Cuando se entrenaba tomaba clases de yoga y pensaba que las opiniones de su profesor de que los ejercicios de respiración y la meditación podían cambiar la vida de una persona eran ridículas. Sin embargo, un par de semanas después se dio cuenta que en realidad se sentía más calmada. Esto la llevó al laboratorio donde decidió hacer un estudio sobre la meditación.
Lazar escogió dos grupos de prueba para su estudio. El primer grupo consistía en personas que han meditado por bastante tiempo. El segundo grupo eran personas que nunca habían meditado. Lazar escaneó los cerebros de las personas en ambos grupos. Éstos escáneres mostraron que ciertas regiones de los cerebros del primer grupo eran más grandes que aquellas del segundo grupo. En general las áreas del cerebro que controlan las emociones, la memoria y los sentidos eran más grandes en el grupo que meditaba que en el grupo que no lo hacía. Esto significó que los que meditaban tenían un mejor control de sus emociones, sentidos más afilados y mejor memoria. Tal vez sepas que el área en el cerebro que controla los recuerdos de una persona es el córtex frontal. Cuando nos ponemos más viejos el córtex frontal se encoge haciéndolo más difícil de acordarse de ciertas cosas. Sin embargo, este no fue el caso para las personas que meditaban. De hecho se encontró que el córtex frontal de los individuos que tenían 50 años y que meditaban era del mismo tamaño como el de alguien de 25 años. ¡Esto significa que podían recordar cosas tan fácilmente como alguien de 25!
Por supuesto que una prueba no es suficiente para llegar a una conclusión definitiva. Así que Lazar preparó una segunda prueba. Esta vez escogió a un grupo que nunca había meditado y les asignó un programa de meditación de ocho semanas. Tomó escáneres cerebrales de los miembros del grupo antes y después del programa de meditación. El resultado fue sorprendente: en sólo ocho semanas ciertas áreas del cerebro de los participantes se habían expandido notablemente. Las áreas que se expandieron fueron regiones responsables de controlar las emociones, la empatía, la compasión, la preocupación, el miedo y el estrés. Esto sugirió que estos individuos ahora tenían un mejor control de sus emociones, sentían más empatía, redujeron su estrés y manejaron mejor el miedo y la ansiedad. Sus cerebros habían cambiado físicamente en el periodo de dos meses.
Todavía hay muchas pruebas que necesitan hacerse sobre la meditación y muchas cosas más para descubrir. Sin embargo, no puede negarse que la meditación no solamente cambia la vida de un ser humano sino también su cerebro.