La meditación y el yoga son casi tan parecidos como dos gotas de agua y probablemente hayas escuchado que, a menudo, los dos van de la mano. Ahora, echemos un vistazo más de cerca. Tendemos a percibir el yoga como posturas y movimientos físicos complicados, mientras que vemos a la meditación como un ejercicio mental complejo (concepto particularmente engañoso para quienes no la practican). Debido a que en el yoga se cree que se debe estar enraizado en el movimiento y que la mayoría considera que la meditación reside únicamente en la mente, podría parecer difícil entender qué tienen las dos prácticas en común o por qué están estrechamente relacionadas. Sin embargo, la relación entre ellos es bastante simple.
La meditación es un concepto y una práctica común en diferentes culturas y en algunas enseñanzas de tipo esotéricas. Aunque hay ciertas diferencias en cuanto a su práctica y principios, existen factores y definiciones en común cuando hablamos de meditación y lo fundamental es permanecer atentos en el momento presente. Se utilizan varias técnicas y herramientas para lograr la conciencia plena, pero si deseas lograr una comprensión más profunda sobre este tema, puedes consultar nuestro artículo en el blog de Meditopia llamado: ¿Qué es y qué no es la meditación?
La meditación es una práctica que dirige el enfoque y la atención a nuestro mundo interior. No es una acción o un destino, es un proceso, es un estado. Quizás, esta definición te ayude a comprender mejor estas prácticas, pero si todavía estás un poco confundido por el aparente misterio del tema, no te preocupes. No estás solo. De hecho, la meditación es una práctica complicada para la mayoría, especialmente al inicio. Es por eso que muchas enseñanzas sugieren herramientas y ejercicios básicos y sencillos de realizar para principiantes.
En pocas palabras, el yoga es una enseñanza que ofrece herramientas y técnicas propias y es un camino hacia la conciencia. Otra manera de entender el yoga es que te invita a conocer el universo conociéndote a ti mismo. Se ha convertido en una de las disciplinas más practicadas en todo el mundo. Y existen razones particulares detrás de esta creciente popularidad.
Como resultado del alcance de las redes sociales e Internet, han sido expuestos diferentes puntos de vista y mucha información de todas partes del mundo. De esta manera, el yoga se ha vuelto más accesible, pero esto no quiere decir que sea una práctica nueva, ya que sus orígenes se remontan a la historia antigua de la humanidad.
En el último siglo, las enseñanzas del yoga han viajado desde la India a otros países a través de muchos instructores. Las filosofías y disciplinas del yoga pueden abarcar desde la práctica física intensa hasta la narración pedagógica. ¿A qué nos referimos con esto? Existen ocho pasos dentro de la instrucción del yoga a través de los cuales uno logra la conciencia. Si bien algunos de estos pasos son bastante abstractos, también existen otros que todos podemos practicar en la vida diaria. Los pasos son los siguientes:
Los dos primeros pasos se refieren a los patrones de comportamiento y a los principios éticos que debemos adoptar en lo concerniente a nosotros mismos y a todos los que nos rodean. Ejemplos de esos principios podrían ser la “no violencia” o “no robar”. Éstos forman la base filosófica del yoga, y también nos muestran la mentalidad y la actitud que debemos asumir mientras practicamos los pasos siguientes. El tercer paso, “Asana”, significa postura.
Lo que conocemos como “yoga” es en realidad la práctica de Asana. En la enseñanza del yoga, las asanas o posturas ayudan a nuestro cuerpo a relajarse, desenvolverse, fortalecer y a llevarnos a una posición de meditación más profunda. Además, en todas estas enseñanzas holísticas se considera que el cuerpo, la mente y el alma están interrelacionados y funcionan como un todo. El objetivo de las posturas de yoga no es ejecutarlas a la perfección ni llegar a ser un acróbata, sino fluir de una pose a otra y lograr armonía entre nuestra respiración y nuestro cuerpo. De esta manera, aplicamos una disciplina de conciencia en lugar de una disciplina de ejercicio. En primer lugar, intentamos asegurarnos de que nuestra mente no divague mientras practicamos una postura y mantenemos nuestra atención en el cuerpo y en el momento presente. Por lo tanto, podemos definir la práctica física del yoga como estar en un estado meditativo mientras se mantiene el cuerpo activo.
Dicho esto, estas posturas físicas también son un muy buen ejercicio. Impulsan los límites de fuerza, flexibilidad y equilibrio del cuerpo. De hecho, este aspecto físico del yoga es una de las razones más importantes por las que muchas personas han adoptado esta práctica y su popularidad sigue creciendo cada vez más.
También existe la opción de practicar yoga sin sus fundamentos filosóficos. Cuando se practica como una rutina de ejercicios, el yoga puede tener muchos beneficios. Sabemos, por disciplinas neuropsicológicas como la “experiencia somática”, que los estados emocionales que impactan nuestro estado de ánimo diario generalmente tienen lugar dentro de nuestro cuerpo. También sabemos que nuestro estado mental, estado de ánimo y salud en general están estrechamente relacionados con la forma en que funciona nuestro sistema nervioso. El ejercicio físico es una de las maneras más efectivas de beneficiar al sistema nervioso y de ayudar a establecer nuevas conexiones neuronales, estos son beneficios adicionales que brindan las prácticas meditativas.
El Pranayama es simplemente una serie de ejercicios de respiración que aumenta nuestra energía física, ayuda a las funciones de nuestro sistema hormonal y regula nuestros procesos mentales.
Quizás ahora haya cambiado un poco tu percepción acerca del yoga. La meditación y el yoga son prácticas inseparables y se apoyan mutuamente como conceptos similares.
A medida que continuamos avanzando a través de los pasos del yoga, estos pueden ser considerados como un subgrupo de la meditación. En enseñanzas como el yoga, el budismo, el sufismo y otras, existe un paso final llamado “la iluminación”. Dicho paso en realidad corresponde al estado meditativo más profundo en el que uno se comprende dentro de la unidad y la totalidad con el universo. La palabra “yoga” viene de “yuj” que significa “juntarse”, o “unirse en un todo”. En cada enseñanza, el método utilizado hacia la iluminación es diferente. Las disciplinas orientales tienen principios y fundamentos diferentes a la perspectiva occidental, que suele estar dominada por el pensamiento positivo y el materialismo. Antes de llegar a los últimos pasos, vas profundizando tu consciencia y enfoque hasta llegar al “Samadhi”, o como se le conoce más popularmente, al “Nirvana”.
¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando escuchas la palabra “meditación”? ¿Alguien sentado en posición de loto y con los ojos cerrados? La meditación es un concepto muy amplio. Sin embargo, si la consideramos como una práctica de atención plena que se centra en nuestra respiración y en nuestros sentidos y que a menudo se realiza desde una posición sentada, podemos ver claramente que se trata de una práctica derivada del yoga. De hecho, el yoga solía practicarse solo como meditaciones profundas cuando aún no existían textos escritos sobre el tema y su práctica se transmitía verbalmente de una generación a otra.
Con la aparición de cierta información de los antiguos textos yóguicos y para tener una idea más sistemática, se fundó la estructura de los ocho pasos. Si miramos estos pasos a la luz de la física, la biología y la fisiología en la actualidad, la relación entre la meditación y el yoga se vuelve aún más evidente.
Con la práctica de la atención plena podemos formar nuevas conexiones neuronales en el cerebro. Esto es bastante revolucionario ya que estas nuevas conexiones neuronales aumentan la materia gris en nuestro neocórtex, que es la parte más desarrollada de nuestro cerebro. Eso significa que es posible modificar los viejos hábitos, los comportamientos automatizados, las acciones inconscientes, e incluso las adicciones.
¿Entonces, qué significa esto exactamente? Permíteme explicarte: la atención plena en realidad nos brinda la oportunidad de convertirnos en personas capaces de guiar nuestros propios comportamientos en nuestra relación no solo con nosotros mismos, sino también con nuestro entorno y capaces también de regular nuestras emociones y establecer límites saludables. Estas nuevas conexiones y comportamientos nos ayudan a activar esa parte tan particular de nuestro sistema nervioso que es exclusiva del homo sapiens (el neocórtex). Esta parte es la que nos hace pertenecer a una comunidad, establecer conexiones de confianza, ayudar y socializar con los demás. Entonces, podemos decir que practicar yama y niyamas en yoga nos permite conocernos mejor a través de la meditación, convirtiéndonos en una versión más auténtica de nosotros mismos.
El ritmo de nuestra respiración está estrechamente relacionado con dicha parte del sistema nervioso, ya que las respiraciones relajadas y equilibradas nos facilitan la transición hacia un estado de ánimo de seguridad. Además, practicar ejercicios de respiración más avanzados y entrenar los músculos que controlan la respiración ayuda a mantener y fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Con base en avances recientes del mundo de la ciencia, sabemos que trabajar en nuestro cuerpo nos ayuda a aliviar emociones intensas y traumas en nuestra memoria física, impactando positivamente la manera en la que lidiamos con emociones desafiantes en nuestro diario vivir. Además, aumenta nuestra capacidad de experimentar felicidad y seguridad.
En el yoga y en otras enseñanzas holísticas similares, se busca obtener una mente clara y libre de residuos de experiencias pasadas, lo cual expresa un estado meditativo.
Se puede decir entonces que el yoga es la suma de las prácticas recomendadas para lograr un estado meditativo. Cada paso incluye sus beneficios y sus prácticas específicas. Puedes utilizar estas prácticas tanto para facilitar tu vida diaria, como para entrenar tus músculos o profundizar tu práctica de meditación. Si no te sientes cómodo con las prácticas de meditación a través del yoga, simplemente puedes probar otros enfoques o disciplinas. La contribución más importante del yoga es su énfasis en la respiración y la conciencia corporal. La meditación básica del yoga se practica en posición de loto, manteniendo la atención en la respiración; esta es una de las formas más populares de meditar.
¡Esperamos que este artículo te haya sido útil para comprender mejor la relación que existe entre el yoga y la meditación! Si lo deseas, puedes compartir tu experiencia en la sección de comentarios.
Traductora: Patricia Jiménez