Cómo sentirse seguro en las relaciones

Sentirnos seguros en nuestra relación de pareja tiene un gran impacto en nuestra capacidad de llevar una vida saludable. Tener una relación en la que nos sentimos felices y seguros nutre nuestro bienestar físico, emocional y mental, convirtiéndola en uno de nuestros recursos más importantes.
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En Meditopia, emprendimos un viaje el 14 de febrero de 2021. Tuba Aydin, terapeuta en relaciones interpersonales, nos acompañó, llevando con ella algunos artículos muy interesantes. Estos artículos abordan temas sobre la manera de sentirnos seguros en una relación afectiva y los recursos internos que tenemos disponibles, los cuales nos brindan una mejor comprensión del espacio dentro de la relación. Estos recursos también pueden ayudarnos a identificar las barreras de comunicación en una relación, permitiéndonos compartir nuestros sentimientos más cómodamente. Publicaremos estos artículos una vez por semana durante cinco semanas, comenzando con “Cómo sentirnos seguros en nuestras relaciones”. ¡Comienza tu viaje con este artículo y aprende más acerca de tus relaciones románticas!

Cómo sentirse seguro en las relaciones

Sentirnos seguros en nuestra relación de pareja tiene un gran impacto en nuestra capacidad de llevar una vida saludable. Tener una relación en la que nos sentimos felices y seguros nutre nuestro bienestar físico, emocional y mental, convirtiéndola en uno de nuestros recursos más importantes. Podemos utilizar este recurso, no sólo para reforzar lo que está bien en nuestra vida, sino también para obtener apoyo en tiempos difíciles. Cuando estamos con alguien que es feliz porque existimos, alguien que está dispuesto a compartir los diferentes momentos de la vida con nosotros y que se preocupa por los traumas que tenemos, los sentimientos pueden volverse recíprocos: nosotros también queremos cuidar de esa persona y apoyarla de la misma manera en tiempos difíciles.

Cómo sentirse seguro en las relaciones

Una relación de pareja romántica y saludable no interrumpe nuestro flujo de vida, sino que nos hace sentir más seguros y alineados con nosotros mismos. Esta seguridad también nos permite desempeñarnos mejor en otras áreas de nuestra vida. La relación de pareja nos nutre, nos fortalece en el trabajo, en la crianza de nuestros hijos y en todas nuestras relaciones interpersonales.

Sin embargo, en ocasiones, cualquier relación sana que pudiéramos haber establecido puede llegar a tambalear y volverse insostenible. Nuestro entorno puede cambiar o el paso del tiempo puede obstaculizar la comunicación. Los malentendidos pueden propiciar un círculo vicioso en la falta de comunicación y esto nos lleva a dejar de ver nuestra relación como un espacio seguro y protegido. En esas situaciones, todas las cualidades que nutren una relación sana pueden revertirse y hacernos sentir inquietos, ansiosos o en problemas.

Experimentar una etapa de distanciamiento o incomodidad en nuestra relación no es algo raro. Las relaciones no tienen una fórmula, no hay una ecuación que podamos aplicar para alcanzar la perfección y esperar que sea perfecta sería injusto tanto para nosotros como para nuestra pareja. Sin embargo, podemos comenzar a reparar nuestra relación y prevenir que crezcan las rupturas de comunicación enfocándonos en proteger nuestra conexión con el presente.

Compartir nuestras necesidades

Una manera de proteger lo que nos hace sentir seguros y enriquecer nuestra relación de pareja es compartir y expresar intencionalmente nuestras necesidades. A veces solemos quedarnos tan estancados en las trivialidades del día a día, las responsabilidades cotidianas, o en las tareas y los planes futuros, que podemos perder de vista lo que nos brinda alegría, lo que nos enciende y anima a estar conectados con el momento presente.

En nuestra relación de pareja necesitamos sentirnos amados, comprendidos y cuidados. De esa manera, sabemos que estamos a salvo y protegidos. Identificar y expresar nuestras necesidades, más allá de las responsabilidades compartidas del hogar o los eventos de nuestra jornada laboral, puede ser una forma poderosa de mantener esa conexión. Podemos hacernos preguntas en pareja como: “¿Cómo te sientes hoy? ¿Qué cosas nos unen y acercan? ¿Qué necesidades tienes que no están siendo satisfechas actualmente?” Al hacerlo, podemos mirarnos a los ojos y mantener el interés despierto y latente bajo una perspectiva fresca y una curiosidad renovada.

Pedir apoyo

Pedir apoyo

Saber que podemos pedir apoyo a nuestra pareja es, de hecho, otra forma de seguir compartiendo una relación. La capacidad de compartir experiencias difíciles, sabiendo que podemos confiar en nuestra pareja para que nos mantenga a flote  cuando atravesamos por situaciones de estrés, ansiedad o fatiga, puede ser muy poderosa. Sentir que estamos el uno para el otro fortalece la confianza en la relación y nos acerca más a la otra persona. Esto no quiere decir que en nuestra pareja resida la solución a nuestros problemas, sino que sugiere que estará ahí como confidente, como alguien que nos ve y nos escucha con atención e interés, ofreciendo su ayuda a su manera.

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Así como es muy importante sentirse apoyado, también es importante pedir ayuda. Es posible que algunos de nosotros no dudemos en pedir ayuda a nuestra pareja, mientras que otros sintamos que pedir ayuda nos convierte en una carga. Es posible que algunos pensemos que nuestra pareja nos pueda ayudar y quizás por eso consideremos menos probable buscar ese apoyo en nuestra relación. Cuando nos encontramos en este tipo de situaciones en las que tenemos el impulso de superarlo todo solos, podemos terminar alejando a nuestra pareja, excluyéndola así de nuestra vida interior.

Cuando reflexionamos acerca de nuestros cuestionamientos sobre la necesidad de pedir ayuda, podemos encontrar formas de superar cualquier obstáculo que pueda surgir. Al hacer este trabajo interno, podemos proteger nuestra energía y mantener una comunicación abierta, sincera y confiable.

Permitir el conflicto

Permitir el conflicto

Permitir la posibilidad de tener desacuerdos y conflictos en nuestra relación de pareja es otra forma de mantener nuestro bienestar. No siempre estaremos de acuerdo; discutiremos y quizás hasta lastimemos los sentimientos del otro en cualquier relación. Este no es un patrón desconocido en las relaciones interpersonales. Es posible que nos sintamos incomprendidos, enojados o resentidos y eso no es malo si sucede de vez en cuando. Por supuesto, hay ciertos límites que no se deben cruzar, incluyendo patrones de comportamiento abusivo que debemos tener en cuenta para evitarlos. Pero un conflicto sano no significa el fin de una relación. De hecho, la forma en que manejamos los conflictos juntos, como pareja, puede ayudarnos a entender qué estamos haciendo bien y dónde podríamos necesitar crecer o modificar nuestra conducta.

Necesitamos desarrollar la capacidad de expresarnos cuando sentimos algún resentimiento, cuando requerimos espacio o un tiempo a solas, o de expresar nuestros miedos, preocupaciones o enfados sin actuar de manera destructiva. Esto es realmente compartir nuestras necesidades. A veces, las necesidades nacen de un conflicto y eso está bien. Es importante poder expresar nuestras necesidades para atravesar juntos los momentos difíciles y evitar que los problemas de comunicación se arraiguen.

En momentos de estrés, nuestra capacidad para abrazar nuestras emociones y calmarnos juega un papel importante al momento de lidiar con los conflictos. Por lo tanto, podemos contribuir positivamente, tanto a nuestro bienestar individual como a la salud de nuestra relación de pareja, intentando mejorar nuestros propios procesos de regulación emocional.

Me siento seguro y feliz donde estoy

Me siento seguro y feliz donde estoy

Existe una relación sentimental fuera de las dos personas que la comparten. Es decir, al igual que los individuos dentro de la pareja, la relación en sí misma tiene fortalezas, debilidades y patrones o hábitos que se han ido configurando con el tiempo. La salud de nuestra relación de pareja nos afecta de la misma forma que el impacto que aplicamos sobre ella a través de nuestras acciones y comportamientos. Mantener una relación saludable depende de muchos factores como nuestro entorno, los subsistemas en los que interactuamos y muchos otros elementos en nuestra vida. ¿Qué debes mantener, cambiar o dejar de hacer para que tu relación se sienta segura y feliz? ¿Qué aspectos deben trabajar como pareja para sentirse seguros y felices en la relación? Si estamos dispuestos a continuar con nuestra relación de pareja sin que nos haga daño y sin dañar a los demás, existe siempre la posibilidad de explorar las oportunidades de crecimiento llenas de potencial, tanto individualmente como en pareja.

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