El perfeccionismo: ¿Una característica o un miedo?

¿Es el perfeccionismo uno de nuestros peores hábitos? ¿Que son los obstáculos mentales de la perfección que nos imponemos?
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Traductora: Ruth Obando

Ya sea que nos demos cuenta o no, muchos de nosotros somos víctimas del perfeccionismo. Algunos de nosotros nos enorgullecemos de esto, haciendo así nuestras actividades de forma meticulosa queriendo que todo sea perfecto. Otros se sienten paralizados al enfrentarse a la necesidad de verse perfectamente bien ante los demás; nos ponemos ansiosos al pensar sobre cómo los demás nos miran, lo que piensan sobre nuestro trabajo, nuestro potencial y nuestro rendimiento. Independientemente de cómo miremos el perfeccionismo, la pregunta que vale la pena hacer es: ¿Nuestro perfeccionismo está motivado por nuestro miedo de ser rechazados o de parecer ineptos?

“El miedo alimenta el perfeccionismo”

Esta fue una frase expuesta por el Dr. David D. Burnsh y la cual sustenta las ideas que exploraremos en este artículo. Para aquellos de nosotros que somos adictos al perfeccionismo, la idea de ser meticulosos, productivos, eficaces, pulidos, desenvueltos y exitosos es tan cálida y nos hace sentir bien. Nos imaginamos un super humano que puede hacer todo bien: Todo el mundo te ama y te elogia por tus capacidades, tu rendimiento y tu actitud de poder hacerlo todo…¿Qué hay de malo con ser así? Bueno, claro que son atributos positivos, pero hacer esas cosas no es necesariamente el problema, es lo que pasa cuando no las hacemos. Internamente somos duros con nosotros mismos, somos poco amistosos e impacientes con nosotros y usamos demasiada energía y emociones preocupándonos sobre lo que los demás podrían pensar de nosotros.

Esos sentimientos de no ser suficiente, de fracasar, de ser una decepción y de no hacer tu mejor esfuerzo pueden impedirte que disfrutes el momento presente al igual que aprender a estar en una relación duradera y saludable contigo mismo.

¿De qué está hecho el camino hacia el perfeccionismo?

El perfeccionismo es tratar de hacer de forma perfecta cualquier cosa de la que somos responsables. Este método, el cual no deja espacio para cometer errores, automáticamente desvaloriza lo que sea que hagamos el momento que haya un pequeño error. Al leer estas palabras muchos de nosotros estamos de acuerdo que es irrazonable e irrealista de esperar que hagamos todo perfectamente, pero día a día, puede ser difícil de resistir la tentación de ser duros con nosotros mismos. Especialmente en un mundo de innumerables filtros, fotos escenificadas y Photoshop, queremos que todo se miren lindo y pulido. Pasamos una gran parte de nuestro tiempo preguntándonos sobre lo que los demás piensan de nosotros, lo cual alimenta el perfeccionismo aún más. Esto hace que sea menos cómodo de hablar sobre nuestros fracasos, nuestras imperfecciones, nuestras luchas y nuestras fallas porque nos preocupamos sobre lo que los demás pensarán o dirán si saben ciertas cosas de nosotros. Le tenemos miedo a la desconexión y al rechazo.

Tenemos que admitirlo: Estamos programados para querer amor, aceptación, aprobación y conexión; anhelamos relaciones genuinas y la aceptación de los demás. La mayoría de nosotros hemos crecido en un hogar y una cultura que nos empuja a esforzarnos a ser perfectos. Piensa sobre tu niñez. Si las personas a nuestro alrededor no nos decían de obtener mejores notas, de ser mejores en el deporte o de hacer nuestro mejor esfuerzo en cada actividad, nos regañaban por no hacer mejor cada actividad. Muchos de nosotros crecimos con la noción de que ser nosotros mismos no es suficiente para ser amados, que tenemos que hacer un esfuerzo extra y empezar a esforzarnos a ser perfeccionistas a una edad temprana.

En el 2002, el Dr. Gordon H. Fleet y el Dr. Paul L. Hewitt expusieron 3 tipos de perfeccionismo:

  1. El perfeccionismo dirigido a uno mismo: Fijando a uno mismo expectativas imposibles de alcanzar.
  2. El perfeccionismo dirigido a los demás: Esperar que los demás alcancen estándares imposibles y consecuentemente rehusarse a dar más responsabilidades a los demás, así tomando más responsabilidad de la que podemos manejar o dañar relaciones debido a un desagrado mutuo.
  3. El perfeccionismo social: Creer que ciertos estándares no pueden ser alcanzados por solamente individuos y como resultado tratar de alcanzarlos todavía más.

El perfeccionismo como un arma de supervivencia

El perfeccionismo social es probablemente el tipo de perfeccionismo que tenga más impacto. De acuerdo a un estudio hecho en los Estados Unidos después del año 1989, las expectativas sociales del perfeccionismo puestas en los hombros de las generaciones más jóvenes empezaron a agudizarse. Por consecuencia, las generaciones más jóvenes empezaron a sentirse expuestas a críticas severas más que otras generaciones pasadas y empezaron a presionarse para mostrar su valor.

La dinámica competitiva que esto ha creado en la época en la que vivimos ha puesto como prioridad la mentalidad colectiva en vez de la individual. Estos dos factores han alimentado la creencia de que “necesitamos trabajar más duro para ser amados” y que necesitamos ser más perfectos sin importar cuán dañino y agotador pueda ser el camino.

Este tipo de comportamiento y mentalidad empieza a tomar forma durante la niñez, acelera durante la adolescencia y se asienta en la edad adulta. Simplemente piensa sobre diferentes momentos en esta última semana en los que sentiste que no podías hacer algo lo suficientemente bien, cuando te preguntaste lo que otra persona pensaba sobre tu trabajo o tu vida, o cuando estabas obsesivamente tratando de hacer que algo fuera perfecto.

Pregúntate lo siguiente: ¿Cómo le hablarías a un amigo que estuviera pasando por las mismas luchas, teniendo los mismos pensamientos o siendo duro consigo mismo de la misma forma que lo haces tú? La mayoría de nosotros usaríamos palabras más amables y suaves con esta persona, le diríamos que está siendo tonto al obsesionarse sobre una cosa tan pequeña, le diríamos que todo el mundo comete errores y que nadie puede hacer todo a la misma vez perfectamente. Entonces, ¿Por qué no nos hablamos de la misma manera?

El perfeccionismo que persigues no es real

Es imposible para cualquier ser o situación de ser perfecto. Algo o alguien podría parecer perfecto del exterior, pero todo el mundo tiene sus propios valores y fallas. Todo el mundo es único y aunque esto no nos haga perfectos, significa que todos somos especiales de nuestra propia manera. Significa que existimos.

Si miráramos el perfeccionismo desde un punto de vista científico, podríamos entender mejor que nada puede ser perfecto. Algunos dicen que el sistema solar en el cual vivimos es perfecto pero ese no es el caso. Aunque el universo tiene 9 mil millones de años, nuestro sistema solar solamente ha existido por 4.5 mil millones de años. El sol ha pasado por fases increíblemente violentas y caóticas, y aunque ahora esté relativamente tranquilo, un día desaparecerá. ¿Podemos hablar sobre el perfeccionismo en un diseño inestable y siempre cambiante, donde la energía está en constante moción y transformación y tratando de encontrar su propio camino? Sabiendo que seremos parte de este ritmo de altibajos, ¿podemos ser más pacientes y bondadosos con nosotros mismos? ¿Podemos acordarnos de que estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo, y aún cuando cometemos errores, estamos creciendo y evolucionando en tiempo real?

No te quedes esperando el perfeccionismo para empezar a vivir

¿Cuál fue la última cosa que pospusiste por estar persiguiendo la perfección? ¿Qué proyecto no continuaste porque no te sentías listo o lo suficientemente perfecto para ejecutarlo? Esperar el perfeccionismo engendra procrastinación, descontento, confusión y miedo. Esperando a ser perfectos para empezar un negocio, esperar que tus finanzas sean perfectas para tener un bebé o esperar a ponerse un traje de baño hasta que tu cuerpo se mire perfecto—al esperar la perfección, nos robamos de las alegrías del presente y de las fuentes de felicidad y crecimiento.

Así que en vez de perseguir una perfección que de todas formas no existe realmente, ¿por qué no perseguir las posibilidades de hoy?

¡Nos gustaría escuchar de nuestros perfeccionistas auto proclamados de Meditopia! ¿Cómo es que tu inclinación a hacer todo perfectamente te impide tener nuevas experiencias y actividades?
¿Qué es lo que te gustaría empezar a decirte cuando sientas que has cometido un error, que no has hecho tu mejor esfuerzo o que has fracasado? ¡Compartamos afirmaciones positivas para expresar bondad y paciencia con nosotros mismos!

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