En vez de enfrentar nuestras fuentes de enojo, muchos de nosotros estamos contentos de evitarlas completamente. En cambio, reprimimos, enmascaramos y adormecemos cualquier sentimiento de enojo para salvarnos a nosotros mismos y a los demás de nuestra furia. ¿Cómo tratas de manejar tus sentimientos de ira?